Seguramente, cuando lean este editorial, ya se conocerá el resultado y nuestros lectores tendrán de primera mano la noticia del nuevo representante del Ejecutivo. Siendo las 16:00 y al cierre de edición, nos queda la responsabilidad de señalar que saludamos el compromiso del ecuatoriano de acudir a las urnas de manera responsable para decidir su futuro. Este proceso, desarrollado con respeto y serenidad, marca un paso alentador hacia el fortalecimiento institucional del país. Más allá de las diferencias políticas, hoy se impone un llamado urgente a la unidad nacional. Ecuador necesita del trabajo conjunto de todos sus sectores para enfrentar los desafíos venideros.
Que esta jornada sea el inicio de un tiempo de diálogo, construcción colectiva y esperanza, donde prime el bienestar común por encima de los intereses individuales. La democracia se construye en unidad. Basta de ser parte del problema, la desinformación y la amenaza. Es hora de actuar.