Ecuador vivió un momento crucial en su historia política el 15 de enero de 2007, cuando Rafael Correa asumió la presidencia del país. Con un enfoque al que llamó “progresista” y una visión de “transformación social”, el economista Correa marcó un hito en la política ecuatoriana que resonaría durante su tiempo en el cargo y hasta la actualidad divide posiciones. Hasta antes de Correa, la inestabilidad política era evidente, con varios presidentes que ocuparon el cargo en un corto período. Luego de una década de estabilidad, sus formas y sus resultados han sido observados, criticados, denunciados y judicializados; entre ellos su proceso de paz con las pandillas. La historia le dará o no la razón.