La sociedad ecuatoriana pasa por momentos muy delicados y casi imposibles de no evidenciarlos.
Las redes sociales, convertidas en canales de difusión para lo bueno, malo, anecdótico, actos delictivos, ilícitos o moralmente reprobables, los excesos y puritanismos, robos públicos descarados, inseguridad y violencia extrema, etc., nos colocan en un camino pedregoso del que probable y tristemente no tengamos vuelta atrás.
En nuestro país se ha perdido la decencia, se grita que aquí se vanaglorian los antivalores, es la tierra del sabido, del ladrón de cuello blanco y corbata, del vivaracho, de hombres y mujeres sin pudor, de la doble moral, es la tierra del “si roban, robarán bien”… ¡Me dueles Ecuador!