La situación por la que esta pasando Perú, también nos trae recuerdos traumáticos de épocas pasadas de la política ecuatoriana. Creemos que de las malas horas debemos aprender para no repetir hechos lastimosos que están escritos en el libro de la historia. ¿Se justifica la violencia en ese país hermano?, claro que no, y eso tajantemente en ninguno, porque el uso excesivo de la fuerza o las manifestaciones populares agresivas lo único que hacen es conducirnos a un camino en donde, tal parece que el entendimiento es el último recurso que queda. Es importante que las autoridades peruanas se abstengan de responder a las manifestaciones con dureza. Los muertos y heridos nos duelen a todos.