A los 68 años de edad, Segundo Isidro Minda, cerró sus ojos para siempre. El director de la Banda Mocha San Miguel de Chalguayacu se despidió de su comunidad a pocos días de que esta celebrara sus fiestas en honor a su patrono, San Francisco Javier.
Minda, en vida, se llevó varios reconocimientos por el legado cultural y musical que dejó en la comunidad afrodescendiente, grabó varios discos, fue condecorado y se lo consideró como un embajador de la cultura. El fallecido llevó, junto a sus compañeros, su música por casi todo el país.
La música, su vida
“Es un orgullo para nosotros, hemos tenido propuestas para hacer el intercambio de instrumentos, pero yo digo que no podemos aceptar, ya que es una tradición en la cual tenemos que morir, cultivando y manteniendo nuestra cultura”, relató Isidro mientras entonaba una hoja de naranja en una de sus últimas entrevistas.
Minda, de pelo ensortijado y cenizo, avanzaba entre los arbustos de su pequeña finca. Llevaba un camuflado desvaído que lo hacía ver como un veterano de guerra. Palpaba el verde aquí y allá. Elegía una hoja de limón y ensayaba su próxima presentación. “La hoja tiene que ser suave. Muy duras no saben querer sonar. Vibra el ser, vibra el cuerpo. El instrumento es el cuerpo en la banda mocha”, explicó en una entrevista.
Cuando terminaba de tocar, guardaba algunas láminas en una bolsa con agua para que no marchiten, y pueda interpretarlas otro día.
Un poco de su historia
En 1908 crearon el grupo, con el principal objetivo de no entonar los instrumentos comunes, sino darle su toque tradicional a la música y poner a bailar a todo el país. En la actualidad ya están en la cuarta generación de artistas, los cuales se mantienen con los inusuales instrumentos, como hojas y calabazas secas.
En febrero de 2015, la Asamblea Nacional de Ecuador extendió la medalla al mérito cultural “Adalberto Ortiz” a los músicos de la Banda Mocha de Chalguayacu.
El reconocimiento a la destacada figura musical se enmarcó dentro de la declaración del Decenio Afrodescendiente promovido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015 y del cual el Estado trabaja decididamente para cumplimiento de sus objetivos para la lucha de los derechos de los herederos de la diáspora africana en América.
En aquella ocasión, Isidro agradeció a la Asamblea Nacional y al Ministerio de Cultura por el reconocimiento entregado. “Esta es nuestra música y tenemos el honor de expresarles nuestros sentimientos por medio de la música”, dijo.
Minda, con lágrimas en sus ojos, escuchó cuando aseguraron que la Banda Mocha tiene más de 100 años de existencia y son representantes de la música popular afroecuatoriana. “Hoy también nos reconocemos en la tradición y en presencia de un emblema de la Ecuador”, mencionaron, antes de entregarle el galardón como director.
Lamentan su partida
Carlos Andrade, gestor cultural afrodescendiente, dijo que Minda fue amigo de este trajinar y duro camino de la preservación del patrimonio cultural afro.
“Muere un grande de la música tradicional del Valle del Chota, Isidro Minda, miembro activo de la Banda Mocha. Se le llama Banda Mocha por los instrumentos denominados ‘mochos’, puesto que estos son fabricados de plantas como calabazos deformes secos, con un orifico en el medio y las hojas de naranja que le da un sonido único, sonoro y alegre a esta agrupación.
En un principio, el no poder acceder a ciertos instrumentos daba lugar a que en vez del bombo, tambor y platillos se utilicen otros objetos de acoplamiento musical”, agregó Andrade ayer.