La tranquilidad de un barrio de Manta se vio destrozada este lunes 17 de febrero de 2025, cuando sicarios armados con fusiles de asalto segaron la vida de cuatro personas, incluyendo tres adolescentes de entre 16 y 17 años, en un brutal ataque que también dejó herida a una mujer embarazada.
Los asesinos, que se movilizaban en un vehículo, descargaron una lluvia de 55 proyectiles sobre las víctimas que departían frente a una vivienda. La saña de los criminales quedó evidenciada en la escena, donde los cuerpos quedaron tendidos en medio de casquillos y sangre.
En un macabro giro, los sicarios dejaron su firma: un panfleto de la banda «Los Pepes» desafiando abiertamente a la temida organización de «Los Choneros», en lo que parece ser una nueva guerra territorial entre grupos criminales.
Las autoridades confirmaron que los heridos, incluida una gestante que recibió un roce de bala, se encuentran estables. Mientras tanto, los asesinos huyeron en el mismo vehículo, que posteriormente incineraron para borrar evidencias.
Esta masacre se suma al baño de sangre registrado apenas 24 horas antes en Guayaquil, donde ocho personas fueron acribilladas en circunstancias similares, confirmando el inicio sangriento del 2025 como el más violento en la historia del país.
El terror se apodera de las calles ecuatorianas mientras el gobierno de Daniel Noboa mantiene el «conflicto armado interno» contra estas organizaciones criminales, que han convertido al país en el más violento de Latinoamérica con una escalada sin precedentes de asesinatos.