La Ciudad Blanca de Ibarra es reconocida por tener uno de los aires más limpios del país, según la OMS. No obstante, enfrenta desafíos relacionados con las emisiones de smog generadas por el transporte público.
Fernando Stalyn Ortiz, jefe de la Unidad de Fiscalización del Transporte de Movidelnor, detalla las acciones, medidas, procedimientos implementados para controlar la contaminación y garantizar un transporte más eficiente.
Supervisión de emisiones
La Unidad de Fiscalización se encarga de garantizar el buen estado de las unidades de transporte público y comercial que circulan en los cantones de la mancomunidad. “Lo que hacemos es la verificación en vía de la emisión de contaminantes, tanto en temas de gases como de opacidad”, explicó Ortiz.
El proceso inicia, según lo explicado por el jefe de la Unidad de Fiscalización, con una evaluación visual de los vehículos, especialmente los que funcionan con diésel.
Además, si se detecta una excesiva emisión de hollín, se notifica al propietario para que la unidad sea presentada en los centros de revisión técnica vehicular. En estos centros, se revisan aspectos como el sistema de escape, que no debe tener desviaciones bruscas, dobles salidas ni obstrucciones que afecten la medición.
Asimismo, el procedimiento incluye una prueba de aceleración en ciclos para determinar el nivel de opacidad emitido por el vehículo. Según la normativa del Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN), se permite un máximo de 50% de opacidad para vehículos fabricados desde el año 2000 en adelante, y para los vehículos cuyo año de fabricación sea menor al 2000, un máximo del 60%.
Acciones correctivas y sanciones
Cuando un vehículo incumple los parámetros establecidos, se aplican medidas correctivas inmediatas. “Como primer paso, se tiene una suspensión temporal para que pueda realizar la reparación debida del sistema y, a su vez, pasen y aprueben una revisión técnica vehicular”, explicó Ortiz.
En caso de que el incumplimiento persistiera, se iniciará con las sanciones administrativas que incluyen multas desde “cuatro remuneraciones básicas”, comentó Ortiz.
El objetivo de estas medidas es garantizar que los vehículos puedan volver a circular solo cuando se “cumpla con las normativas de emisiones”, informó el Funcionario.
Edad de la flota y renovación vehicular
Un aspecto crítico es la antigüedad promedio de la flota en la mancomunidad, que se sitúa en 16 años. “A nivel nacional hubo una extensión de la vida útil de los vehículos emitida por la Agencia Nacional de Tránsito”, señaló Ortiz. En Ibarra, operan cuatro compañías de transporte: dos en la zona urbana y dos en las parroquias rurales.
