La realidad del país es preocupante, la inseguridad arremete como nunca antes visto, en una semana, Carchi lloró a un oficial de policía y una guardia penitenciara, los dos asesinados en modo de sicariato. Nueve pescadores fueron asesinados en el puerto de Esmeraldas, dos en más en Posorja, Guayas, todo esto en medio de un estado de excepción. Además, se registraron nuevas matanzas en las cárceles regionales. Mientras corre sangre en nuestro país, la Asamblea Nacional se perenniza en el show mediático de un fallido juicio político y el Gobierno cree que con viajar a Esmeraldas demuestra firmeza y lucha contra el crimen, cuando frente a las instancias militares del Estado se mata.