En 2024, Ecuador enfrenta una encrucijada decisiva a través de la consulta popular y el referéndum. Este proceso no solo refleja la voluntad de fortalecer nuestra democracia, sino también la urgencia de responder a las demandas sociales que han emergido con fuerza en los últimos años. Es imperativo que cada ecuatoriano comprenda la profundidad y el impacto de las preguntas planteadas, ya que estas tienen el poder de reformar la Constitución y sistema político. Participar es más que un derecho; es la afirmación de nuestra responsabilidad cívica y un paso crucial hacia la transformación nacional. El mapa está trazado y la posibilidad de influir en las decisiones no se debe dejar pasar.
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