Como un proverbio, un refrán o un adagio, la frase “Ibarra, la ciudad a la que siempre se vuelve” refleja el enorme potencial que tiene la ciudad en el imaginario del norte del país. A dos horas de la capital ecuatoriana y un tiempo similar hacia la frontera con Colombia, la Ciudad Blanca está llamada a ser un referente, turístico, deportivo, cultural y religioso.
Fe católica
“Ibarreño que se respeta va a misa los domingos”, dicen los abuelitos. Es que Ibarra cuenta con un patrimonio religioso de incalculable valor, que surgió tras el terremoto y tan importante como el barroco quiteño. Entre las más importantes, según un estudio del artista plástico Jesús Coronado, son ocho: Basílica de La Merced, la Catedral, San Agustín, Capilla Episcopal, Santo Domingo, del Señor del Amor de Caranqui, San Francisco y Basílica de La Dolorosa.
A la cancha
Fútbol, baloncesto, ecuavoley, ciclismo, atletismo pelota nacional, tenis, escalada, entre otras disciplinas son parte del quehacer dominguero. No hay habitante de esta ciudad que no haya salido en ciclopaseo, juegue en una liga o haga bailoterapia. Este terruño es cuna de futbolistas, marchistas, pesistas y ciclistas destacados. Y según el último Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio existen 32 espacios para hacer actividades deportivas. Además la Federación Deportiva de Imbabura administra 10 escenarios deportivos.
Bienes patrimoniales
Pero si es usted de las personas que le gusta caminar en familia, los sitios patrimoniales son una opción de fin de semana. Según cifras del Municipio (hasta 2021) existen un total de 383 bienes patrimoniales entre viviendas, iglesias, conventos, museos, teatros, colegios, escuelas, restaurantes, en cuatro parroquias urbanas.