La celebración de la Virgen de la Purificación, cariñosamente conocida como “La Purita” en San Pedro de Huaca (Carchi), ejemplifica el poderoso vínculo entre la fe y el turismo religioso. La dedicada gestión del vicario foráneo Carlos Padilla ha sido fundamental para preservar y potenciar esta tradición que atrae a miles de devotos y visitantes cada año. Las fiestas religiosas no solo fortalecen la identidad cultural de nuestros pueblos, sino que también generan un impacto económico significativo en las comunidades locales. Los peregrinos y turistas que llegan a venerar a La Purita dinamizan sectores como la gastronomía, el comercio y el hospedaje, creando oportunidades de desarrollo para los habitantes locales. La visión del vicario Padilla al organizar estas celebraciones parte del parimonio inmaterial ha logrado equilibrar el profundo significado espiritual de la festividad con su potencial turístico. Su trabajo demuestra cómo la fe puede convertirse en un motor de desarrollo y tradición.