El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador denunció este domingo que el sistema del voto en el exterior sufrió ciberataques desde varios países como India, Bangladesh, Pakistán, Rusia, Ucrania, Indonesia y China.
La presidenta del CNE, Diana Atamaint, achacó en una rueda de prensa a esa causa los problemas que han denunciado ecuatorianos en el exterior para ejercer su derecho al voto en los comicios presidenciales y legislativos, así como en las dos consultas ambientalistas en sendas zonas naturales del país.
“La plataforma de voto telemático sufrió ataques cibernéticos que afectaron la fluidez para acceder a la votación”, remarcó Atamaint tras precisar que dichos ataques provienen, según los informes preliminares, de India, Bangladesh, Pakistán, Rusia, Ucrania, Indonesia y China.
Sin embargo, la autoridad aclaró que “los votos consignados (en el exterior) no han sido vulnerados”, aunque no se refirió a la serie de denuncias de emigrantes ecuatorianos que se han quejado por no haber podido votar.
El CNE, dijo, ha tomado varias decisiones tras conocer de los ataques cibernéticos, de los que no dio más detalles, sobre todo en torno a la retransmisión de los resultados de las votaciones
Los datos podrán seguirse en Ecuador a través del portal web del CNE, así como en aplicaciones de teléfonos móviles con sistemas Android e Apple, y en las redes sociales oficiales de la institución.
Algo más de 13,4 millones de ecuatorianos estaban facultados para designar en las urnas al nuevo gobernante del país, así como a 137 integrantes de la Asamblea Nacional (Parlamento).
De forma paralela, los ecuatorianos votaron en un plebiscito nacional que busca prohibir las actividades petroleras en el Bloque 43-ITT, uno de los yacimientos más importantes del país, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, una reserva de la biosfera en el corazón de la Amazonía del país.
También los electores del Distrito Metropolitano de Quito debían participar en una consulta popular contra la minería en el Chocó Andino, un espacio natural catalogado como reserva de la biósfera desde 2018 por la Unesco, que se encuentra en el noroeste de Quito.