La viceprefecta de Imbabura, Paolina Vercoutere, continúa trabajando a paso firme en el proyecto “Warmi Imbabura”, de hecho, hoy se abrirá la primera oficina en el cantón Otavalo, en los altos de la Cruz Roja, en la calle Bolívar, entre Salinas y Quiroga.
“Algunos se preguntarán ¿por qué iniciamos en Otavalo? Bueno, porque es el territorio desde donde se generó la propuesta. Allí hablamos con la gente en las calles y comunidades, y vimos cuáles eran las necesidades.
Adicionalmente, venimos haciendo un activismo desde hace varios años sobre los derechos de las mujeres”, manifestó Vercoutere en diálogo con ENtv, canal digital del Grupo Corporativo EL NORTE.
Warmi Imbabura
Vale indicar que este programa está enfocado en dar voz a quienes no la tienen, por diversas circunstancias, ya sean niñas, adultas mayores y mujeres en general que han sido víctimas de la violencia de género.
“Hay incluso compañeras de la ruralidad que están lejos y no pueden acceder a la justicia. Otras no pueden hablar castellano, lo que igualmente dificulta el contar con un abogado o ingresar una denuncia. Para eso está Warmi Imbabura. Nosotros queremos, como lo manda el COOTAD, hacer una alianza estrecha con las Juntas Parroquiales y Cabildos Comunitarios para trabajar en conjunto en esta problemática”, acotó la autoridad provincial.
Servicios
En cuanto a los servicios como tales, que se ofrecerán en la oficina de Warmi Imbabura en Otavalo, figura la atención psicosocial, gracias al profesionalismo de psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales y las denominadas warmi comisarias.
“Nos hemos detenido a revisar las estadísticas, y de acuerdo a los últimos femicidios que tenemos, el 63% de casos en Imbabura se han dado en comunidades kichwas, lo que refleja que es necesario contar con una política de prevención, una política específica para responder a estar realidad. Por esto estamos aquí con nuestro personal”, aumentó la viceprefecta.
Funcionarios bilingües
En la parte final del diálogo, se socializó también que las profesionales que prestarán sus servicios son bilingües, es decir, que dominan tanto el castellano como el kichwa, para que todas las mujeres otavaleñas, sin distinción, puedan acceder a esta ayuda.
“Cómo es posible que una adulta mayor, por ejemplo, no pueda comunicarse para decir que no quiere que le revise un ginecólogo, sino una mama partera. Deben tener el derecho de comunicarse en su lengua para relatar lo que le pasó”, cerró.