En un operativo ejecutado en Tulcán, provincia del Carchi, agentes de la Policía Nacional detuvieron a tres personas. Se trata de dos ecuatorianos y una ciudadana colombiana presuntamente implicadas en una red internacional dedicada a la distribución y almacenamiento de material de abuso sexual infantil.
La intervención fue liderada por la Unidad de Investigación contra la Trata y Tráfico de Migrantes, tras una investigación de alcance nacional con vínculos internacionales.
Los hechos
El capitán Byron Mejía, vocero de dicha unidad, confirmó que la operación fue resultado de un proceso de seguimiento técnico e investigativo iniciado por reportes digitales que alertaban sobre la circulación de material ilegal que involucraba a menores de edad.
“Logramos identificar a los sospechosos en Tulcán, donde realizamos tres allanamientos. También se intervino un inmueble en la provincia de Imbabura”, detalló el oficial.
Los servidores policiales lograron obtener información sobre tres ciudadanos quienes bajo los distintivos de “Sam”, “Cromo” y “Rolo”, se dedicaban presuntamente a descargar y almacenar material audiovisual de niños, niñas y adolescentes, en actitud sexual explícita a través de redes sociales y plataformas de mensajería instantánea. Los sujetos habrían empleado diferentes medios que ocultaban su identidad, ubicación y actividad.
Durante la acción policial, se incautaron 13 teléfonos celulares, 15 tarjetas SIM, varias computadoras portátiles y otros dispositivos electrónicos con programas utilizados para acelerar la descarga de archivos. Las autoridades confirmaron el hallazgo de al menos 800 archivos con contenido explícito que comprometía la integridad de niños, niñas y adolescentes. Los investigadores creen que estos materiales eran recibidos, almacenados y posiblemente redistribuidos mediante plataformas digitales.
Indicios
La red, según las investigaciones, operaba utilizando perfiles falsos para contactar a menores a través de redes sociales. A través de engaños y manipulación psicológica, los delincuentes inducían a los niños a compartir imágenes. El material luego era almacenado y compartido.
La Policía hizo un llamado urgente a los padres de familia para reforzar el control y la supervisión del uso de celulares y redes sociales por parte de niños y adolescentes.
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