Hoy se celebran cuatro siglos y diecinueve años desde que Cristóbal de Troya fundara la Villa de San Miguel de Ibarra el 28 de septiembre de 1606, bajo el mandato del Rey Felipe de España y por orden del presidente Miguel de Ibarra. Desde entonces, la querida Ciudad Blanca ha sido testigo de momentos gloriosos y desafíos que han forjado su carácter resiliente. A lo largo de estos 419 años, Ibarra ha demostrado su capacidad de renacer y prosperar. Sus calles empedradas guardan historias de valentía, sus plazas han sido escenario de encuentros culturales, y su gente ha mantenido viva la tradición con orgullo imbatible. Es el momento de unirse como comunidad, para impulsar el desarrollo sostenible. Ibarra merece que cada ciudadano se convierta en promotor de su crecimiento, preservando su patrimonio mientras construye un futuro próspero, para las nuevas generaciones. El potencial ibarreño está delante de todos.