La fragmentación en la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas es el espejo de un país roto. Cuando 157 alcaldes eligen una directiva paralela, desafiando protocolos institucionales, la pregunta es inevitable: ¿hay algún espacio en Ecuador que no esté dividido? Estamos fragmentados en todo: indígenas versus mestizos, divisiones internas en los pueblos originarios, noboistas enfrentados a correístas. Ahora, hasta los gobiernos locales sucumben ante esta lógica de polarización. Que Yuri Colorado, electa por mayoría, sea identificada como afín a Acción Democrática Nacional (ADN) les preocupa. Consideran que el giro del timón del Ejecutivo busca agrupar todos los poderes. Mientras 221 alcaldes disputan legitimidades, miles de ecuatorianos esperan obras y soluciones. Hay que exigir que las autoridades trasciendan sus afiliaciones partidistas y recuperen el sentido de lo público. O aprendemos a dialogar o terminaremos siendo una torre de babel.