Carchi es más que una provincia fronteriza: es el abrazo inicial que el Ecuador ofrece al visitante, la puerta noble del callejón interandino donde convergen historia y esperanza. Heredera de los orgullosos Quillasingas y Pastos; testigo del sacrificio de los hermanos Baca y sus compañeros patriotas en 1814, esta tierra forjó su identidad en la dignidad y el trabajo. Desde aquel memorable 19 de noviembre de 1880, cuando alcanzó su provincialización, Carchi ha demostrado que su verdadera riqueza no está solo en sus fértiles suelos, sino en el temple de su gente. Sus habitantes encarnan los valores que engrandecen a una nación: honradez inquebrantable, trabajo y disciplina ejemplar y esa calidez humana que convierte al forastero en hermano. Carchi enseña que el progreso se construye con coraje como el que han dejado sus hijos: Richard Carapaz, Tamara Salazar, Ulises de la Cruz, Rodrigo Paz, Wilfrido Lucero, Jorge Mora, Barbarita Lara, etc. Nombrarlos a todos sería una tarea titánica.