El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, ha denunciado el asalto a la embajada mexicana en Quito como una violación flagrante de la Convención de Viena de 1961, que rige las relaciones diplomáticas internacionales. La incursión, perpetrada por policías ecuatorianos durante la detención del exvicepresidente del país Jorge Glas, ha generado una ola de condenas a nivel internacional.
Rechazo mundial
El Gobierno mexicano ha calificado este incidente como una violación a su soberanía y al derecho internacional. Además, ha recibido el respaldo de diversas naciones y organismos, incluyendo al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, y el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Gobiernos latinoamericanos de distintas orientaciones políticas, como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, también han manifestado su rechazo ante este acto.
El Gobierno español, por su parte, ha emitido un llamamiento al respeto del derecho internacional y a la concordia entre México y Ecuador, países aliados de España y miembros de la Comunidad Iberoamericana. En este sentido, destacan la violación de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961 como un acto que debe ser repudiado y corregido.
¿Lawfare?
Tras su detención, Jorge Glas fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de La Roca, en Guayaquil, donde cumplirá prisión preventiva por presuntos delitos relacionados con corrupción. Glas había solicitado asilo en la embajada mexicana argumentando persecución política y “lawfare”. Su asilo fue concedido por México, generando tensiones diplomáticas.
