lunes, 2 diciembre 2024
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Cumplieron con fe y devoción en honor a María

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El amanecer en Otavalo en este 19 de julio se vistió de un fervor especial. Las primeras luces del día acompañaron a una marea de fieles que se congregaban para la tradicional caminata en honor a la Virgen del Carmen.

 Aproximadamente mil devotos se dieron cita, llenando las calles de la ciudad con cantos, oraciones y una fe que se palpaba en el aire.

Un mar de fe y devoción

Desde temprano, la Iglesia San Luis se convirtió en un punto de encuentro. Las familias, jóvenes y ancianos, todos compartían un objetivo común: rendir homenaje a la Virgen del Carmen. La jornada inició con la eucaristía en la iglesia San Luis, se extendió por varias horas, recorriendo las principales calles de la ciudad hasta llegar a la Parroquia de Ilumán.

El sol apenas comenzaba a despuntar cuando la procesión arrancó. A lo largo del recorrido, los feligreses entonaban cánticos marianos y rezaban el rosario, creando un ambiente de recogimiento y comunión. La imagen de la Virgen, adornada con flores y luces, encabezaba la marcha, llevada en hombros por un grupo de voluntarios.

Diana Cacuango y Martha de la Torre fueron las primeras que asumieron el desafío de llevar a la virgen durante varias cuadras.

Entre la multitud, destacaban las historias de vida que daban un toque aún más humano y emotivo a la celebración. Entre ellas, dos testimonios resonaron con especial fuerza.

María Estela González, una mujer de 52 años, compartió su historia mientras avanzaba con paso firme entre los peregrinos. “Hace dos años me diagnosticaron una enfermedad muy grave. Los médicos no me daban muchas esperanzas, pero yo nunca perdí la fe en la Virgen del Carmen. Recé todos los días, le pedí con todo mi corazón que me diera fuerzas para seguir adelante. Hoy estoy aquí, caminando junto a mis hermanos en la fe, y siento que cada paso que doy es una muestra del milagro que ella obró en mi vida”.

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