El Gobierno de Ecuador anunció este viernes 25 de octubre la suspensión de la jornada laboral pública para el jueves 31 de octubre, con la posibilidad de que el sector privado también se sume a la medida. La decisión surge en el contexto de la creciente crisis energética que enfrenta el país.
Este ajuste, anunciado mediante decreto por el presidente Daniel Noboa, busca incentivar el turismo, aunque coincide con la ampliación de los apagones programados de ocho a catorce horas diarias. La situación ha generado preocupación en distintas esferas de la sociedad.
Así, el país contará con cinco días seguidos de descanso, al sumarse esta medida a los festivos de noviembre por el Día de Difuntos y la Independencia de Cuenca. La crisis energética afecta a todo el Ecuador debido a la histórica sequía.
La falta de lluvias ha mermado la capacidad de las centrales hidroeléctricas, que cubren el 70 % de la demanda nacional. Este déficit de 1.000 megavatios pone en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico, especialmente en los embalses de Mazar y la central Coca Codo Sinclair.
La situación ha evidenciado el limitado desarrollo del sector energético, controlado por empresas estatales, y ha desatado un debate sobre la posibilidad de atraer inversión privada.