El Escudo puede unir al país en medio de tanta duda

Cada 31 de octubre, Ecuador conmemora un símbolo que trasciende el diseño: su Escudo Nacional. Aprobado en 1900 bajo la presidencia de Eloy Alfaro, esta obra atribuida a Pedro Pablo Traversari encierra la esencia misma de la patria. El Chimborazo majestuoso, el Guayas que hermana regiones, el sol zodiacal marcando meses de lucha libertaria, y el barco pionero del Pacífico: cada elemento narra capítulos gloriosos de la historia ecuatoriana. Las banderas custodiadas por lanzas y alabardas, las palmas del martirio y los laureles del triunfo recuerdan sacrificios heroicos. Este emblema no es mera heráldica; es memoria viva que invita a valorar el legado de quienes forjaron la libertad. En su diseño ovalado late el espíritu emprendedor, la justicia y el honor de un pueblo resiliente. Conocer el escudo es abrazar la identidad nacional. Es deber cívico de cada ecuatoriano comprender sus símbolos, pues en ellos habita la grandeza espiritual que define a la nación.00