Estudiantes de tercero de bachillerato de ‘Electromecánica Automotriz’ de la Unidad Educativa 17 de Julio en Ibarra, con el impulso de sus docentes, habilitaron una planta termoeléctrica con capacidad de 185 kilovatios (kW). El proyecto, ejecutado en tres fases desde el año lectivo 2023-2024, permitirá abastecer de energía a talleres técnicos, laboratorios y otras áreas estratégicas de la institución, incluso ante apagones locales o nacionales.
¿Cómo surgió la idea?
La planta termoeléctrica fue concebida como una alternativa frente a la crisis energética que afectó al país por causas climáticas y económicas.
“En instituciones de formación técnica, la energía eléctrica es esencial para garantizar las prácticas en los diferentes talleres y laboratorios”, mencionó Franklin Aguilar, docente promotor del proyecto.
Es así que, maestros del área técnica impulsaron la propuesta, retomando el uso de un generador Mercedes Benz OM-352, donado por el Gobierno ecuatoriano hace una década. La máquina, que se encontraba inactiva, fue recuperada, anclada en un espacio “seguro” y adecuado.
Fases del proyecto
Durante el año lectivo 2023-2024 (primera fase) se realizó la habilitación y comprobación del funcionamiento del generador. Este fue colocado sobre una base con “cimientos firmes en un espacio seguro”. La fase incluyó mingas entre estudiantes y docentes, y la colaboración económica voluntaria de los padres de familia, quienes aportaron con USD 45 por estudiante.
En la segunda fase se ejecutaron las instalaciones eléctricas del motor, la colocación de un panel de control y la construcción de una infraestructura metálica y de hormigón con techo de eternit, además protecciones para garantizar la seguridad y prolongar la vida útil del generador.
Finalmente, la tercera fase se tenía previsto culminar en el siguiente año lectivo, sin embargo debido a la labor colaborativa se aceleró el proceso y se realizó el mantenimiento al generador, mejoras en los tableros eléctricos y la conexión de una caja de transferencia de energía semiautomática a la planta central de la unidad educativa.
Impacto formativo
El valor comercial aproximado del proyecto asciende a 30.000 dólares. Sin embargo, gracias al trabajo autogestionado, fue posible ejecutarlo con costos «más bajos». Los estudiantes aportaron toda la mano de obra bajo supervisión docente, y los fondos recaudados fueron utilizados exclusivamente para materiales


