El 26 de junio, personal del Ejército llevó a cabo una operación de control interno en el Centro de Privación de Libertad (CPL) Imbabura N. 1, ubicado en la ciudad de Ibarra. La intervención se desarrolló con el objetivo de fortalecer la seguridad del recinto y retirar objetos prohibidos que podrían alterar el orden dentro de las instalaciones.
La búsqueda
El despliegue de la fuerza pública comenzó a tempranas horas. Un pelotón militar, equipado con mascarillas y guantes de protección, ingresó al centro carcelario.
La intervención fue planificada, ordenada y se desarrolló sin reportes de incidentes con los reos del lugar.
Como parte del procedimiento de rutina, las personas privadas de libertad fueron trasladadas hasta el patio central, donde permanecieron bajo vigilancia, con los brazos sobre la nuca, mientras los uniformados ingresaban a los pabellones y celdas para realizar una revisión exhaustiva.
Revisión
Durante varias horas, los militares recorrieron cada rincón del centro penitenciario en busca de posibles evidencias.
Revisaron colchones, estanterías, paredes, instalaciones sanitarias y sistemas eléctricos. Nada quedó sin ser inspeccionado, según una fuente que además dijo que se incluyeron las áreas comunes de los internos, como los dormitorios, techos, rincones y espacios ocultos. Fueron minuciosamente registrados en busca de objetos no autorizados.
La idea
El operativo forma parte de las acciones que se desarrollan a nivel nacional en los diferentes centros penitenciarios, como parte de una estrategia de intervención coordinada entre las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI). Estos controles buscan recuperar el control institucional, reducir los niveles de riesgo, prevenir hechos violentos y desarticular estructuras delictivas que operan desde las cárceles.