El año comienza con nuevos retos y desafíos en diferentes campos: económico, social, salud, político, cultural, deportivo, local, y podría seguir creciendo la lista. Pero de todos estos campos, la seguridad siempre será la primordial, dentro de una comunidad que busca la convivencia pacífica para desarrollarse. Es tanto así que el Plan Fénix queda tatuado en el brazo del presidente Daniel Noboa, con un claro mensaje “Quiero que mis hijos sepan que en esta vida no importa cuántas veces caigas; lo importante es levantarte, seguir adelante”… Pues este mensaje deja más intranquilidad que calma, luego de la muerte de los cuatro menores en manos de militares, autorizados a vigilar las calles en dicho plan. ¿Qué tan efectivo ha sido? ¿Son reales los números? ¿La seguridad ha quedado solamente para un tatuaje? La respuesta se traducirá en un voto, en este año clave, para saber si el ecuatoriano comulga con esta forma de gobernar.