Un personaje clave en la reconstrucción de la Ciudad Blanca luego del trágico terremoto de 1868 fue un joven sacerdote de 28 años que empezaba su labor religiosa como visitador del Convento de las Monjas Conceptas. Se trata de Mariano Acosta.
El Templo de las Carmelitas del cual fue benefactor, hoy el espacio fue adquirido y recuperado por la Empresa Pública Le UEmprende.
Emblema del nuevo resplandor
Después de ayudar en el rescate a las víctimas del suceso y tras los 4 años de que el pueblo ibarreño permanezca en la Esperanza, el Dr. Acosta alentó siempre el proyecto de reconstruir la ciudad en su antiguo solar. Cuando en cabildo abierto se alzaron voces que se oponían a este propósito, prevaleció su ideal de que la ciudad vuelva a florecer en el mismo sitio.
Sus Restos.- En el 2019 fue exhumado y trasladado desde la antigua capilla del Monasterio del Carmen hasta la Catedral.