Desde 2007, el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (2 de abril) ha impulsado la visibilidad de esta condición. Sin embargo, el desafío actual no es solo informar, sino garantizar inclusión real y efectiva en todos los ámbitos. El lema de este año, “Fomentar la neurodiversidad y los ODS”, es un recordatorio de que la diversidad cognitiva es un valor para la sociedad. Salud, educación y empleo deben adaptarse para que las personas autistas no sean solo espectadores, sino protagonistas del desarrollo global. La ONU y organizaciones como el Instituto de Neurodiversidad han avanzado en la promoción de derechos. Pero la inclusión no debe quedar en discursos: es tarea de gobiernos, empresas y ciudadanos construir espacios accesibles y oportunidades equitativas. Reconocer el potencial de cada persona es el primer paso. En Ecuador, 50.000 personas con autismo aún no han sido diagnosticadas. Allá debe ir el enfoque.