La Unesco surgió en 1946 con una misión clara: convertir la educación y la cultura en herramientas de paz. Después de la devastación de la Segunda Guerra Mundial, el mundo comprendió que la cooperación internacional era esencial para evitar futuros conflictos. Esta organización trabaja en lo cotidiano y lo trascendental. Protege sitios históricos que narran nuestra historia común, coordina alertas de tsunamis que salvan vidas, construye escuelas en comunidades vulnerables y forma docentes que transforman realidades. Con 195 países miembros, este organismo demuestra que las fronteras no limitan la capacidad de colaborar. Su labor enseña que invertir en educación es sembrar futuro, que preservar las tradiciones culturales fortalece la identidad, y que compartir conocimiento científico beneficia a toda la humanidad. La Unesco recuerda que cuando se busca el diálogo sobre el conflicto y la cooperación sobre el aislamiento, todos ganamos.