En Ecuador, 80.005 personas fueron reconocidas oficialmente como refugiadas, quienes debido a situaciones de conflicto armado y violencia dejaron su país, de un total de 610.833 desplazados hasta abril del 2025, según el informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La historia de María E., que llegó a Ibarra hace 16 días, evidencia el rostro humano detrás de estas cifras.
Viaje forzado
Hace apenas 16 días, María E. (nombre protegido), de 33 años, llegó a Ibarra junto a su esposo y su pequeña hija. Huyendo desde Medellín, la violencia armada los obligó a dejar todo atrás.
Su familia completa, compuesta por cinco hermanos, padres y su abuela, tuvo que dispersarse buscando refugio en distintos países. Según ACNUR, el 94% de las personas refugiadas en Ecuador provienen de Colombia.

“Los grupos armados nos perseguían, primero se fue mi papá, pero seguían intimidándonos a mis hermanas y a mí. Nos amenazaban con matarnos”. (María E.)

Asistencia en Ibarra
En lo que va de 2025, los socios del Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM) han registrado 8.740 “asistencias directas” en la ciudad de Ibarra.
María, a pesar de haber encontrado temporalmente un refugio, su situación sigue siendo crítica. “Dormir en la calle y tener que pedir es muy duro. Hay gente que comprende y otra que no”, confiesa. Hoy sobrevive vendiendo chupetes, mientras su esposo se dedica a limpiar parabrisas y a hacer trabajos ocasionales.
El anhelo de María es reencontrarse con su hermana, quien reside en Chile. Pero mientras tanto, “cuando dormimos en las carpas en la calle, mi esposo no duerme; él se queda cuidándonos a las dos. A veces siento que ya no doy más, pero encuentro luz en mi Dios”, concluyó.
Cierre de ACNUR en la ciudad
ACNUR anunció el cierre de sus oficinas en Ibarra, Huaquillas y Cuenca a partir del 1 de julio de 2025, trasladando sus operaciones a Tulcán. Así lo informó la Unidad de Desarrollo Económico Local de Ibarra, a través, de su cuenta oficial de Facebook.