martes, 11 noviembre 2025
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En seguimiento del plan de acción para la recuperación del Lago San Pablo, el Municipio de Otavalo, a través de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable de Otavalo (EMAPAO), ha repotenciado las plantas de tratamiento que están bajo su jurisdicción, para el adecuado funcionamiento de las mismas y mejorar el tratamiento de las aguas residuales.

Repotenciación

En Pivarinci, Camuendo y La Compañía se ubican las tres de las catorce plantas que recogen las aguas residuales en la cuenca del Lago San Pablo, según señalaron las autoridades, en un recorrido para evidenciar su operación.

Mauricio Realpe, gerente de la EMAPAO, señaló que siguen un plan que se divide en tres fases, a corto, mediano y largo plazo, de las cuales, ya han cumplido con la primera.

El propósito es dar los primeros pasos para resolver estructuralmente los problemas que se han presentado en el lago.

Realpe especificó los procesos que se han realizado en las PTAR. En las estaciones de bombeo de Pucará 1 y 2, que alimentan a la PTAR de Pivarinci, las bombas ya han sido colocadas.

Adicionalmente, en La Compañía, y en Camuendo, planta en la que se expuso el procedimiento para el tratamiento de las aguas, también fueron reemplazadas las bombas, que garantizan su funcionamiento.

Ejecución

La siguiente fase, que se concibe a mediano plazo, es la repotenciación de las 11 plantas de tratamiento restantes del Lago San Pablo, que ahora funcionan con limitaciones.

Para esto se estima una inversión aproximada de USD 2 millones, y su ejecución se estima tomaría entre dos y tres años, en función del tiempo y la disponibilidad de recursos; mientras que el plan a largo plazo se enmarca en el proyecto del colector marginal para el lago.

Esta obra costará USD 10 millones, y se estima un mismo período de tiempo para su construcción.

Residuos

Por otra parte, Gloria Jiménez, subdirectora de Gestión Ambiental del GAD Otavalo, también indicó que en el proceso que siguen para el tratamiento de las aguas, se encuentran pañales, toallas sanitarias, vísceras de animales, que no deben enviarse al alcantarillado.

Estos residuos también repercuten en el estado de los equipos, como las bombas.

Al finalizar el tratamiento, las aguas cambian su coloración, manteniendo los estándares de las normas establecidas al ser desembocadas al lago.

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