Los deslizamientos de tierra, un fenómeno natural devastador, representan una amenaza latente que requiere nuestra atención inmediata y acciones preventivas. Estos eventos, a menudo desencadenados por intensas lluvias, deforestación o cambios en la topografía; no solo ponen en peligro vidas humanas, sino que también causan estragos en nuestros ecosistemas frágiles. Lo ocurrido en Tulcán y su parroquia El Chical es una alerta de que hay que estar prevenidos ante la amenaza del fenómeno de El Niño. A pesar de que existen equipos de rescate preparados, un desastre nunca es 100% predecible e incluso representa un riesgo mortal hasta para los más experimentados socorristas.