La lluvia no fue impedimento para que moradores de la parroquia Caranqui, del cantón Ibarra, y mediadores culturales aprendan sobre el proceso técnico para conservar la piedra patrimonial.
El taller, realizado en el Complejo Arqueológico Inkawasi, estuvo dirigido por la Fundación CONSERVARTECUADOR, que a través de sus profesionales compartieron experiencias y sugerencias para esta actividad.
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En ese sentido, Ramiro Endara, representante de la fundación, expresó que, cada uno de los pasos y materiales expuestos a los asistentes, se aplicaron dentro del proyecto de conservación emergente del Inkawasi.
“La idea es que se capaciten y entiendan en qué consiste este proceso. Porque una vez que salgamos de aquí (cuando complete la conservación), esto debe continuar con el tema de limpiezas periódicas. Mucho más en este periodo de lluvias”, destacó Endara.
Otro objetivo del taller fue generar una alianza estratégica con el Municipio de Ibarra, Fundación CONSERVARTECUADOR y la comunidad para que se vuelvan guardianes de este patrimonio, con la creación de un comité de gestión.
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La comunidad
Una de las asistentes al taller fue Eliza Flores, presidenta del barrio Simón Bolívar. Ella observó con atención la demostración práctica de la limpieza de una piedra patrimonial. Incluso, captó con su teléfono las instrucciones como un registro.
“Es necesario crear un comité, que logre mantener este espacio patrimonial e histórico. Esperemos que se haga realidad. Veo que gente de otros barrios se ha interesado. Entonces, esperamos mantener el contacto con el Municipio y la fundación”, dijo la dirigente barrial.
Los asistentes intercambiaron propuestas, y todos llegaron a una conclusión en común: darle sostenibilidad al Complejo Arqueológico Inkawasi, ahora que ha logrado ser rescatado. Justamente, Isabel Rohn, representante de la Dirección de Educación, Cultura y Patrimonio, manifestó que la administración municipal ya trabaja en este aspecto.
Puesta de valor
Tal es el caso que, una vez entregada la etapa de conversación emergente, se dará la puesta de valor del espacio. Se planifica la colocación de un sistema caminerías, que no irrumpan con los elementos del entorno. Esto permitirá —comentó Ramiro Endara – que los visitantes, como serán los turistas, sigan un recorrido establecido sin un contacto directo con las piedras.