La situación del exvicepresidente Jorge Glas ha captado la atención de organismos internacionales, quienes exigen su inmediata revisión. El Comité que defiende su causa ha denunciado que Glas enfrenta condiciones inhumanas en prisión, argumentando que el Estado ecuatoriano le está sometiendo a una especie de tortura farmacológica, administrándole más de 40 pastillas diarias. Esta situación, según denuncias, está afectando gravemente su salud física y mental, al punto de inducirlo al suicidio.
Además, el Comité busca que el Gobierno permita la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de Naciones Unidas, con el fin de verificar las condiciones en las que se encuentra. La petición de un salvoconducto para su traslado a México, donde ya tenía asilo diplomático, subraya la urgencia de su caso. El derecho internacional debe prevalecer y garantizar que las violaciones no queden impunes.
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