El panorama económico mundial ha sido testigo de un crecimiento notable en productividad durante las últimas décadas, con más de mil millones de personas en China e India escapando de la pobreza. Sin embargo, este progreso no ha sido uniforme, especialmente en América Latina, donde la productividad ha permanecido estancada, según el informe “Investing in productivity growth” del McKinsey Global Institute (MGI).
En Ecuador
En comparación con otras economías emergentes y avanzadas, América Latina ha registrado el crecimiento de productividad más bajo, apenas superando a Europa Occidental. Ecuador, un ejemplo destacado, ha enfrentado un crecimiento económico pausado, con un incremento de la productividad del 0,2% entre 1997 y 2022. Pero, en los últimos 5 años, ha experimentado un preocupante declive del -2,4%, planteando desafíos significativos para su desarrollo sostenible.
Que hacer
La inversión juega un papel crucial en el impulso de la productividad. Según el informe, los aumentos de capital por trabajador explican entre el 70 y el 80% del crecimiento general de la productividad en la mayoría de los lugares.
Ante este panorama, se hace necesario que empresas y líderes políticos en América Latina tomen medidas para fomentar inversiones que impulsen la productividad y contribuyan al desarrollo sostenible y el bienestar económico de la región. El futuro económico depende en gran medida de la capacidad de generar este entorno propicio.