En redes sociales circularon imágenes sobre la presencia de osos andinos en diferentes puntos habitados del cantón Ibarra, como en las comunidades de San Eduardo y Rancho Chico. Incluso, en uno de los videos se observa como esta especie ingresaba a un corral y atacaba a un bovino.
Ante tal situación, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) Zona 1 emitió un comunicado para la activación del protocolo de activación y respuesta frente a las interacciones gente-fauna silvestre.
Acciones
“Se ejecutan inspecciones para determinar las causas de la presencia de los especímenes y las acciones a implementar. Se activará el Grupo Nacional de Trabajo del Oso Andino, junto con entidades aliadas, para establecer estrategias que contribuyan a la prevención y mitigación de interacciones entre los humanos y fauna silvestre”, relata parte del comunicado.
Para cumplir estas estrategias se articularon también la Prefectura de Imbabura, Unidad de Protección de Medio Ambiente (UPMA), Policía Nacional y demás entidades competentes.
Justamente, el personal técnico de la Prefectura de Imbabura se trasladó a la comunidad de San Eduardo, donde informaron a la comunidad sobre las medidas disuasivas para mantener a los animales silvestres alejados de las áreas ganaderas, dijo Andrés Laguna, director de Ambiente de la institución.
Posible Causa
Una de las posibles causas para la presencia de osos andinos es la expansión agrícola y de frontera humana. Así lo han explicado expertos que realizaron investigaciones en la provincia, como Mauricio Vela, de la Wildlife Conservation Society (WCS).
El experto indicó que últimamente se están investigando las afectaciones del cambio climático al hábitat del oso. “Esto ocurre debido a que los humanos se expanden hacia el espacio o zonas donde desarrolla sus actividades esta especie y que es importante generar procesos productivos sostenibles, de conservación ambiental y de convivencia con la especie”.
De acuerdo con datos del Fondo Mundial para la Naturaleza, el oso andino necesita recorrer grandes áreas. Cada individuo requiere alrededor de 30 kilómetros cuadrados para sobrevivir. Su alimento preferido son las frutas y los centros dulces.
