miércoles, 13 noviembre 2024
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En un mundo cada vez más diverso y consciente de las necesidades de diferentes comunidades, la publicidad se enfrenta a importantes retos: ¿Cómo lograr una representación auténtica y equitativa de la comunidad LGBTQIA+? Si bien ha habido avances notables en la inclusión, muchas marcas aún enfrentan desafíos para representar de manera efectiva a esta comunidad sin caer en estereotipos o prácticas superficiales.

El estado actual de la publicidad inclusiva

La publicidad ha recorrido un largo camino en términos de diversidad, pero la inclusión real de la comunidad LGBTQIA+ es un desafío que sigue presente. Según un informe de Think with Google, aunque hay un creciente interés en la representación inclusiva, muchas campañas aún fallan en capturar la autenticidad necesaria para resonar verdaderamente con la audiencia LGBTQIA+. A menudo, las representaciones se quedan en la superficie, sin reflejar las complejidades y la diversidad interna de la comunidad.
Un estudio de la Asociación Nacional de Publicidad (ANA) revela que, aunque el 64% de los profesionales de marketing reconocen la importancia de la inclusión, solo el 40% considera que sus campañas son realmente inclusivas. Este desajuste señala una desconexión entre la intención y la ejecución, lo que plantea preguntas sobre cómo las marcas pueden mejorar en este aspecto.

Una representación auténtica más allá de la visibilidad

La visibilidad es solo el primer paso en la inclusión. Para que una campaña sea realmente inclusiva, debe ir más allá de simplemente incluir personas LGBTQIA+ en sus anuncios. Esto implica contar historias que reflejen la realidad de sus vidas, desafíos y alegrías, sin caer en estereotipos. Una representación auténtica requiere de un compromiso profundo por parte de las marcas para entender y reflejar las experiencias vividas de la comunidad. Un artículo de Forbes señala que las campañas más exitosas son aquellas que son co-creadas con personas LGBTQIA+, asegurando que las narrativas sean genuinas y respetuosas. Además, estas campañas no deben limitarse a momentos específicos del año, como el Mes del Orgullo, sino integrarse de manera consistente a lo largo de todas las iniciativas de marketing.

El impacto en la marca

Adoptar una estrategia inclusiva no solo es moralmente correcto, sino que también puede ser beneficioso para la marca. Los consumidores, especialmente las generaciones más jóvenes, valoran la autenticidad y la diversidad en la publicidad. Un informe de GLAAD indica que el 75% de los consumidores LGBTQIA+ están más dispuestos a comprar productos de marcas que se alinean con sus valores y representan su comunidad de manera positiva. Sin embargo, las marcas deben ser conscientes de los riesgos de la “lavado rosa” (pinkwashing), donde las empresas se apropian de símbolos LGBTQIA+ para beneficios comerciales sin un compromiso genuino con la comunidad. Esto puede llevar a una reacción negativa y dañar la reputación de la marca, como lo han demostrado varios casos de campañas fallidas en los últimos años.

Hacia un camino más equitativo

La publicidad tiene un poder inmenso para moldear percepciones y desafiar normas sociales. Para avanzar hacia un futuro más equitativo, es esencial que las marcas adopten un correcto enfoque de la inclusión, donde la representación LGBTQIA+ sea una parte integral de su estrategia de marketing, y no solo un elemento cosmético.
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