Bajo el lema “La niña que soy, el cambio que lidero”, el Día Internacional de la Niña 2025 reconoce a las adolescentes que enfrentan crisis globales con valentía y determinación. Estas jóvenes no esperan un futuro mejor: lo construyen día a día, organizándose en sus comunidades y alzando su voz por la justicia climática y la igualdad. Sin embargo, su liderazgo exige un compromiso social profundo. La juventud debe convertirse en aliada activa, amplificando sus voces y creando espacios seguros para su desarrollo. La sociedad tiene la responsabilidad de garantizar políticas que protejan sus derechos, invirtiendo en educación, salud y bienestar emocional. A treinta años de la Declaración de Beijing, el llamado es urgente: cuando se invierte en las niñas, se construye un mundo más justo. Cada niña empoderada representa una semilla que florece en el colectivo. Escucharlas, protegerlas y creer en su potencial es el camino hacia un futuro más humano.