Tres años han pasado desde la certificación del Pawkar Raymi Peguche como Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador. Se trata de un reconocimiento a su valor histórico, social y espiritual. Esta fiesta del florecimiento no solo reafirma la identidad kichwa-otavalo, sino que también se convierte en un punto de reencuentro para quienes alguna vez dejaron el país en busca de un futuro mejor. Más que una celebración, el Pawkar Raymi es un vínculo con nuestros ancestros, un espacio donde la música, la danza y los rituales nos conectan con la Pachamama y fortalecen el sentido de comunidad. Además, su impacto va más allá de lo cultural: dinamiza el turismo, impulsa la economía local y pone en alto el nombre de Imbabura. Este reconocimiento es también un compromiso. Es deber de todos salvaguardar esta manifestación ancestral, garantizando que futuras generaciones lo sigan celebrando.