En el Parque Bolívar, frente al Municipio de Otavalo, una multitud se concentró para solicitar la presencia del alcalde del cantón, Mario Conejo, quien no estuvo presente una vez más. Esto tras el ajusticiamiento y quema del vehículo en el que se transportaban tres personas acusadas de hurto.
Los gritos de “Háganse presentes autoridades”, “Queremos seguridad”, “El pueblo unido jamás será vencido”, entre otros; empezaron a exteriorizarse en el pretil municipal, que por cierto, estaba vallado, al igual que el ingreso principal al GAD-O.
“Cualquier situación que pase aquí resposabilizamos al Alcalde”, dijo Guamán mientras intervenía en el micrófono.
Cansados de esperar un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades municipales, los manifestantes iniciaron con el ritual de purificación a los 3 detenidos, quienes aguardaban por su castigo en pleno centro de Otavalo.
Es así que cada uno de los dirigentes comunitarios que firmaron el acta de la asamblea, en donde se decidió el castigo, dieron 3 latigazos a cada uno de los delincuentes. De igual manera un representante del Comité Permanente de Seguridad Ciudadana de Otavalo y un representante de Unorico Samashunchik participaron de los azotes.
Como es común, también se realizó un baño con agua fría y se ortigó en toda la humanidad de los reprendidos. Cabe señalar que la Justicia Indígena está amparada en la Constitución de la República del Ecuador, más específicamente en su artículo 171.
De acuerdo a la información recabada por parte de los dirigentes comunitarios de Puerto Alegre y de la Unión de Comunidades de la Parroquia Eugenio Espejo, los sospechosos responderían a los nombres de: David V, Carlos A y María V.
En cuanto a su procedencia, extraoficialmente se conoce que son oriundos de Ecuador y Colombia.
Vale indicar que además de cargar costales de tierra y caminar semi desnudos y descalzos por la Panamericana y las calles de la ciudad, los castigados mostraban evidente malestar por el frío, no obstante, la dirigencia pidió a todos que no tengan pena, pues a ellos no les tiembla la mano al momento de robar o inclusive quitar la vida a alguien.
Mediante un discurso airado, los dirigentes comunitarios advirtieron a los delincuentes de manera general que esta es la última vez que aplican este tipo de castigo, desde la próxima ocasión radicalizarán las penas, optando por enterrar o quemar vivos a los responsables de actos ilícitos.
“No queremos que vengan a interrumpir la paz de nuestros pueblos”, dijeron.
En este contexto, es propicio aclarar que la población kichwa otavaleña, mide la gravedad de los sucesos para tomar una decisión, más allá de que en algunos poblados ya se ha informado que tienen listas unas fosas.
Extraoficialmente, también hubo advertencias para las autoridades municipales, a quienes se les aplicaría baños de purificación en caso de dar más largas al tratamiento del proyecto de Ordenanza Sustitutiva de Seguridad Ciudadana, que va más de un mes en la Municipalidad sin que sea tratado como la ciudadanía exige.