lunes, 19 mayo 2025
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“Prohibido alcohol, prohibidas drogas”, se lee en un letrero ubicado cerca del muelle de Chicapán en la comunidad de Pucará de Velásquez, en Eugenio Espejo, a pocos metros del lago San Pablo, donde los moradores están cansados de la inseguridad. Según relatan los comuneros, cada noche, personas externas a la comunidad se ubican en las orillas del lago para beber alcohol y, presumen que consumen sustancias ilícitas, hasta altas horas de la noche. Por esta razón, decidieron tomar medidas para recuperar la paz que siempre ha gozado el sector.

Una molestia de años

Según Mari Espinoza, habitante de Pucará de Velásquez y propietaria de un negocio gastronómico que se encuentra cerca del lago, esta es una situación que sucede hace años. Ella comentó que, a partir de las 20:00, llegan carros y ponen música en alto volumen y luego se dedican a beber y bailar hasta la madrugada. 

“No, no son personas de la comunidad, es gente de afuera, aquí somos tranquilos”, dijeron las personas de los alrededores. Mari, al igual, que otros comuneros, señaló que  quienes llegan al lugar, que está cerca del muelle de Chicapán, son jóvenes de la ciudad, y que, durante los cortes de energía, atraparon a ciertas personas que eran de otros lugares como Chuchuquí, Espejo, Peguche y Quichinche. 

Una zona de asaltos

Pero, no solo la tranquilidad y el silencio han sido alterados, pues aseguran, que se han registrado algunos asaltos en la zona, por lo que se ha convertido en un foco de inseguridad.

La preocupación de los comuneros se debe también a que cerca del punto en el que se congregan estas personas, se encuentra un centro infantil y varios negocios gastronómicos. 

Por las mañanas encuentran en sus alrededores botellas de vidrio y basura, que los propios habitantes de la comunidad deben limpiar.

Restricciones en la comunidad

Mari también indicó que los fines de semana empeora porque llegan con los vehículos más temprano; a pesar, de que en algunas ocasiones han llamado a la Policía, la situación no ha mejorado. Por ello, Diego Conejo, primera autoridad comunitaria, resolvió aplicar sanciones y trabajo comunitario a quienes no sigan la normativa. Además, de prohibir el consumo de alcohol y sustancias ilícitas, establecieron reglas como la prohibición de lavar vehículos, no botar basura ni escombros y no amarrar animales domésticos, con el fin de cuidar el lago San Pablo de la contaminación.

Según se lee en el cartel de aviso, que fue ubicado en los días de esta semana, el ingreso al lago está permitido desde las 06:00 hasta las 20:00. En caso de no cumplir con las reglas, quienes las infrinjan serán retenidos y multados con un salario básico unificado.

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