La tarde de ayer, Bolívar Orlando Rosales Morocho, cabo segundo de la Policía Nacional, fue sepultado en Urcuquí, provincia de Imbabura, con todos los honores de un héroe nacional.
El agente perdió la vida el sábado último en Esmeraldas. Falleció de una herida de bala en la cabeza, tras repeler el ataque de dos sujetos que trataban de escapar en una motocicleta, tras asesinar con un arma de fuego a un ciudadano. Los dos sicarios también perdieron la vida. Eso ocurrió en el sur de la ciudad de Esmeraldas.
Urcuquí está de luto
El féretro mortuorio que contenía el cuerpo del agente llegó la noche de domingo último a Urcuquí. Ahí nació Rosales hace 28 años. Las autoridades de Imbabura, de la Policía Nacional y vecinos de la localidad hicieron una calle de honor en la ruta de ingreso de Urcuquí.
Varios familiares y amigos lloraban desconsoladamente, al ver cruzar la furgoneta color negro que trajo el ataúd desde Esmeraldas. Motocicletas de la Policía, sonando las sirenas, escoltaron al vehículo fúnebre.
En el Salón Máximo del Municipio se realizó la velación. Ahí los padres del agente, Ana Lucia Morocho y Bolívar Rosales, recordaban que hace ocho años su hijo ingresó a la institución. El cabo segundo estaba casado y deja en la orfandad a una niña de 4 años.
En Esmeraldas, los compañeros del uniformado también lo despidieron en una capilla ardiente.
Tres héroes imbabureños
Desde que el Gobierno Nacional inició el conflicto armado interno para combatir a la delincuencia han sido asesinados tres policías imbabureños.
El primero fue el agente Jorge Ramírez Vargas, de 20 años, quien murió el 5 de octubre del 2024 en la ciudad de Esmeraldas, tras un ataque de sicarios.
El segundo fue el cabo primero Sergio Limaico, que falleció el 27 de febrero pasado en Manta, Manabí, mientras realizaba un control en las vías. Fue embestido por un auto.
