viernes, 13 diciembre 2024
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Un viaje por las leyendas de las brujas en Ecuador

Brujas
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Escucha la leyenda

Las leyendas de aparecidos, perros diabólicos, viudas y brujas son parte integral de la rica tradición oral del Ecuador. Sus historias se contaban en las reuniones familiares y en las sobremesas. Entretenían a los oyentes, pero también iban más allá pues cumplían funciones educativas, eran vehículos de enseñanza. Por ejemplo, las historias sobre los varones que había hecho “pacto con el diablo” advertían a la audiencia sobre las consecuencias de la codicia y la ambición. En tanto, los relatos de las “viudas” que se paseaban por las calles y parajes desolados de la ciudad señalaban lo que les ocurría a los jóvenes varones, cuando caminaban embriagados en la noche.

Las brujas en las leyendas ecuatorianas, al igual que en muchas culturas del mundo, han capturado la atención de los oyentes debido a su oscura naturaleza. Estas figuras no solo eran temidas por sus supuestas habilidades mágicas, sino también por la creencia de que eran responsables de causar desgracias, enfermedades y una variedad de males que afectaban a la comunidad. 

¿Que apariencia tienen las brujas?  Algunas son mujeres de edad avanzada y de aspecto horrible, con una nariz aguileña, verrugas y dientes en mal estado o faltantes. Visten de negro entero y su ropaje es viejo y desgastado. 

Pero también hay brujas que viven en familia y se visten como cualquier otra mujer de la comunidad. Son malvadas y todos obedecen ciegamente sus mandatos. Esto sucede en la leyenda titulada “La bruja”, del cantón Rocafuerte, de la provincia de Manabí. La madre de la familia “Malosas” es la bruja del lugar. Todos le temen por su horrible comportamiento.

Al contrario de las anteriores, también hay brujas hermosas y seductoras, como la mujer que habita junto al río El Tejar, en Otavalo, provincia de Imbabura.  Cuenta la leyenda titulada “La bruja del río El Tejar”, que una mujer muy atractiva caminaba a las doce de la noche por el puente que estaba sobre el río. Se presentaba a los borrachos e infieles a quienes sonreía y extendía sus brazos, invitándoles a caminar con ella. Cuando los hombres se le aproximaban, la bruja los empujaba al río para que murieran ahogados.

Si bien las historias de las brujas en el Ecuador difieren de un lugar a otro, con relación a la historia, la fisonomía y  la fuente de poder de las brujas, los relatos conservan su esencia en todo el territorio. Guardan, en la gran mayoría, elementos comunes.

Una de las características más notorias de las brujas es su alianza con la fuerza del mal. Se creía que eran mujeres que habían hecho pactos con el diablo para obtener sus poderes, lo cual les permitía realizar hechizos y actos de brujería.  Esta es una temática que tiene sus raíces en la Edad Media. Durante esta época, Europa fue escenario de la llamada “caza de brujas”. Una práctica que implicaba la persecución, juicio y ejecución de personas, principalmente mujeres, acusadas de brujería. Las ejecuciones a menudo eran brutales y servían como advertencia para disuadir a otros de practicar o acogerse a cualquier acto relacionado con la brujería. Estos eventos, sin duda, influenciaron en las leyendas de brujas en muchos países, incluyendo al Ecuador. En nuestro país, como en otros lugares de América, los relatos de brujas incorporaron,  además de los elementos europeos, las creencias y tradiciones indígenas locales. 

Otro rasgo común en la mayoría de los relatos de brujas es su vuelo, que simboliza la libertad absoluta y la conexión que tienen con el más allá, con lo desconocido. Viajaban montadas en sus escobas, con una agilidad sobrenatural. Se deslizaban por los cielos bajo el manto de la noche, de un lugar a otro, con extrema rapidez. 

Otro componente que aparece en las leyendas de brujas es Satanás. Este no es solo una figura de adoración, sino también la fuente del poder mágico. Las brujas recibían poderes sobrenaturales, a cambio de su lealtad y servicio, tal como ocurre en las leyendas: “La bruja y el pan” y “La bruja y el diablo”, de la provincia de Imbabura. En ambas historias se cuenta que unas mujeres hicieron pacto con el demonio a cambio de poder volar por los cielos y de hacer hechizos.  Asimismo, en la leyenda “El pacto de las brujas”, de la parroquia de Santa Fe, en la provincia de Bolívar, las mujeres acuden al cementerio a la media noche donde les espera Lucifer para comer carne de un muerto fresco. Así adquieren poderes de brujería y vuelan varias horas continuas. Incluso viajan hacia otros continentes. 

Otro elemento que aparece en las leyendas de brujas son los estribillos que pronuncian en el vuelo. Cuentan nuestros abuelitos que muchos años atrás, cuando todavía no existía la luz eléctrica, las brujas se vestían de negro, cogían una escoba, se montaban en ella y empezaban a volar de una región a otra. Mientras volaban decían: 

“- ¡De villa en villa y de viga en viga, sin Dios ni la Virgen María!”.

En la leyenda de la provincia de Pichincha que se titula: Las brujas de San Roque, observamos cómo unas mujeres salen a volar en las noches de luna tierna. Van por los aires montadas en sus escobas, contemplando la ciudad de los campanarios y las calles desiertas. Su vuelo era visible para los borrachitos que se habían quedado dormidos en la vereda y se habían despertado asustados por  las voces de las brujas, que repetían mientras volaban las siguientes palabras: 

“- ¡De valle en valle!  ¡De villa en villa! ¡Sin Dios ni la Virgen María!”.

Este estribillo es significativo porque las brujas, al proclamar su viaje de un lugar a otro sin la protección o la bendición de figuras espirituales centrales en la cosmovisión cristiana, se presentan a sí mismas como seres libres de la autoridad religiosa tradicional. Acto que también subraya a alianza de las brujas con las fuerzas del mal.

En síntesis, las leyendas de brujas en el Ecuador son mucho más que simples cuentos. Son manifestaciones de la creatividad y de la imaginación colectiva del pueblo. Desempeñan un papel crucial en la transmisión  de los valores culturales y espirituales de la comunidad. Estas historias no solo capturan la atención por su contenido emocionante y misterioso, sino que también funcionan como espejos a través de los cuales la sociedad puede examinarse en relación con los dilemas profundos de moralidad y poder.

 
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