jueves, 6 noviembre 2025
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A menos de 24 horas para que termine su periodo como reina de la parroquia de Caranqui, Victoria Hidrobo, de 20 años, experimenta un cúmulo de emociones. La satisfacción de la labor cumplida, el agradecimiento hacia quienes la acompañaron, y la nostalgia por despedirse de un rol que la marcó profundamente.

Una experiencia inolvidable

Victoria asumió su reinado con un fuerte compromiso social y un claro objetivo: hacer una diferencia en su localidad. “Trabajé con las personas vulnerables. Mi primera actividad, con el apoyo de mi cohorte de honor, fue recaudar fondos para los adultos mayores. Se realizó un evento, que salió muy bien”.

Esta voluntad se reflejó en fechas como Navidad o Día de la Madre. Asimismo, en actividades sociales que llegaron -como Victoria comenta- hasta los corazones de los habitantes de Caranqui, quienes la recibían con un entusiasta saludo o un abrazo.

“Tuve el apoyo de mis padres, en lo que hice estuvieron ellos. Me siento querida y eso es lo que más recordaré. Estoy satisfecha con mi trabajo, por todo lo que logré y las metas cumplidas. Todo fue por el cariño que le tengo a la parroquia”.

Promovió valores de solidaridad y cooperación, animando a los jóvenes a ser agentes de cambio en sus barrios y comunidades. Su mensaje era claro: todos tienen un rol que cumplir en la construcción de un mejor futuro.

El trabajo continúa

Después de entregar la corona, Victoria se volcará con toda la energía a sus estudios en Pedagogía en Idiomas, en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Pero antes, quiere dejarle un mensaje a la próxima soberana. “Ser reina no solo implica una responsabilidad, sino también una oportunidad de crecimiento personal y de conectar con los demás”.

Con humildad y gratitud, agradece a todos quienes creyeron en su proyecto. Para ella, este cierre no es un adiós, sino un “hasta pronto”, ya que continuará trabajando por su localidad desde otros espacios.

 

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