sábado, 12 julio 2025
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Luis Caicedo Velis: el guardián de la danza que forma seres humanos

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Luis Caicedo Velis no solo baila, sino forma y educa. A sus 44 años, este otavaleño nacido de padre afrodescendiente y madre mestiza ha encontrado en la danza andina no solo un lenguaje ancestral, sino un camino para construir comunidad, identidad y sensibilidad social. 

Un proceso que crece 

Con una energía que contagia, Caicedo coordina tres espacios culturales  como es la Escuela Municipal de Danza “Tierra Sarance”, la Escuela de Danza de Niños y el Grupo de Formación Otavalomanta, nacido hace dos décadas y resurgido hace cuatro años. Desde hace más de tres años y medio, los ensayos de esos grupos se desarrollan en el excolegio Jacinto Collahuazo, un lugar que vibra con cada zapateo andino y su  simbolismo. Allí se vive lo ancestral y lo contemporáneo. “Trabajamos el tema local andino otavaleño, pero también integramos ritmos como la cumbia, la bomba, la salsa y el merengue, sobre todo para los más grandes”, comenta Luis.

De raíces mezcladas 

Otavalomanta, que en kichwa significa “soy de Otavalo”, no es solo un grupo. Es un movimiento. “Comenzamos con un grupo de amigos hace unos 20 años, pero por trabajo y estudios nos separamos.  Luis nació y creció en Otavalo. Su madre es de Cotacachi, y su abuela es colombiana y su padre es afrodescendiente. Esa mezcla, dice, le dio una mirada más amplia del mundo y también del arte. Estudió en la Escuela 10 de Agosto y en el Colegio Otavalo, siempre en contacto con la cultura.

“Desde siempre me llamó la atención la danza andina. Aunque muchos decían ‘la bomba te ha de gustar’, yo me inclinaba por lo nuestro”, asegura.

Más que bailar 

Otavalomanta no es solo una agrupación de danza. “No enseñamos solo a bailar. Enseñamos a ser buenos seres humanos. Les inculcamos respeto, amor por los animales, empatía”, enfatiza Luis.

Luis, además de instructor, es un activista animalista. Fue parte de la fundación Patrulla Amigo Fiel, que llegó a tener su propio espacio en la Fuente de Punyaro. “Rescatábamos perritos de la calle, les dábamos atención. Ese amor por los animales siempre ha estado presente”, comenta. 

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