Grandes extensiones de páramo, pastos, pajonales se consumen en esta temporada resultado de los diferentes incendios en zonas vulnerables, que por lo general son terrenos altos y verdosos. El daño es incalculable, si hacemos referencia a todo el ecosistema que allí reside. Pero, además de la flora y fauna destruida -que es lo más grave- existe el riesgo de las zonas pobladas cercanas y el uso de recurso humano y de maquinaria que, por esta temporada, no es la suficiente. ¿Cómo podemos contribuir para que esto no ocurra? El pedido es sencillo, no a las quemas controladas, peor sin un adecuado control. No, en estos momentos, en donde el viento y el sol son elementos que contribuyen con los flagelos