Casi nueve años luego de la muerte de Francisco Javier Cajigas Botina, de 33 años de edad, su familia mira una luz del inicio de justicia. La mañana de ayer, ante el juez Mauricio Cahueñas, Nelson Pazmiño, fiscal de la Comisión de la Verdad de Pichincha, solicitó la vinculación, formulación de cargos e inicio de instrucción fiscal para dos miembros de la Policía Nacional, quienes serían los presuntos responsables de la desaparición y fallecimiento de ciudadano colombiano, el 17 de noviembre de 2015, en la laguna de Yahuarcocha. Los uniformados se encuentran, desde ayer, con medidas sustitutivas a la prisión preventiva y deberán presentarse de forma periódica ante la autoridad competente y tienen prohibición de ausentarse del país. En este mismo caso fueron procesados y declarados inocentes, tres funcionarios del Centro Forense de Esmeraldas, ya que el cuerpo sin vida fue entregado sin el cráneo y lavado con una sustancia que borró las evidencias y entorpeció la investigación.
Lo que dieron a conocer en la diligencia
La audiencia reveló aspectos nunca antes mencionados. Decenas de peritajes y una ardua investigación realizada por Fiscalía y Policía Nacional, terminaron en una misma conclusión, el colombiano falleció en manos de los efectivos policiales Juan Carlos T. y Jaime A., quienes prestaban sus servicios, a esa época, en el Móvil Arcángel y, a quienes se solicitó, que pusieran a buen recaudo al ciudadano, luego de que la fiscal de turno aseguró que no existían motivaciones para su detención. La versión de un testigo de la aprehensión, fue fundamental, ya que escuchó que los hoy investigados, aseguraron que llevarían a Cajigas hasta la laguna de Yahuarcocha, para darle un escarmiento, luego de que el fallecido les insultó durante la detención.
Los hoy procesados llegaron al sector del parque San Agustín para colaborar con agentes del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM), quienes aprehendieron a Cajigas como presunto causante de la destrucción y robo del retrovisor de una camioneta. En el patrullero de los hoy involucrados, lo trasladaron hasta Fiscalía, pero en el sitio les manifestaron que, al no existir una denuncia, debe ser puesto en libertad de forma inmediata. Los motorizados, quienes estaban al frente del procedimiento, solicitaron a sus similares del patrullero que dejaran en libertad y a buen recaudo a Cajigas y se retiraron del sitio. Incluso, uno de ellos, le quitó sus esposas al sospechoso y le pidió a uno de sus colegas, que le colocara otras.
En ese momento los agentes del GOM se retiraron y continuaron con sus labores, sin embargo, días más tarde, conocieron que el ciudadano desapareció y estaba siendo buscado, intensamente, por agentes de Dinased, luego de que su pareja pusiera la denuncia de que nunca volvió a casa y sus vecinos aseguraron que la última vez que fue visto con vida, estaba con los uniformados.
Las versiones no coincidieron
Los primeros en ser buscados por los investigadores, fueron Jaime A. y Juan Carlos T. Ambos rindieron su versión, asegurando que ingresaron a Yahuarcocha con el aprehendido y lo dejaron en una calle ubicada entre dos conocidos sitios de hospedaje del sector. Pero ahí empezaron las sospechas de los investigadores, ya que el uno mencionó que se fue caminando por mitad de la calle y el otro dijo que tomó la vereda derecha. Los dos dijeron que dejaron a Cajigas en el lugar, porque él les dijo que vivía en Priorato, versión que no es cierta, ya que el fallecido residía en el sitio que fue aprehendido.
Los policías también afirmaron que, al salir se encontraron con los padres de uno de ellos, que estaban pescando, versión que también fue desvirtuada por los agentes investigadores, ya que el padre del uniformado, a esa hora, se encontraba en el centro de Ibarra. Otro de los aspectos que los delató, fue un video de una cámara de seguridad, ubicada donde supuestamente avanzó caminando el fallecido, en donde comprobaron que Francisco, jamás transitó en ese sector.
Los dos testimonios, según el estudio físico y comparativo o de criminalísitica integral, no coincidían en tiempo y espacio. Uno afirmaba una cosa y el otro lo contradecía, cuando se supone que ambos debían asegurar lo mismo. Además, comentaron que, luego de dejar con vida al desaparecido, salieron de la laguna y realizaron un operativo en el sector de El Olivo, y después el traslado de un detenido en el centro de Ibarra, pero estos procedimientos, incluido el de Cajigas, no fueron dados a conocer a sus superiores y tampoco escritos en la bitácora de actividades. Otro aspecto que no concordaba, fue la hora en la que ambos, dijeron haber salido de la laguna. Las versiones dadas, no coincidieron con el video de la cámara del ECU 9-1-1 que registró en la salida de la laguna, comprobando que algo extraño ocultaban los agentes policiales.
Incluso la pareja del fallecido acudió al UPC donde ambos trabajaban y le dijeron que no conocían a Cajigas y que no tuvieron un procedimiento donde estaba involucrado ese nombre. Para el resto de personas, el traslado de Francisco, no sucedió.
Una de las claves de la investigación
Una llamada recibida por el ECU 9-1-1 hizo llegar a su fin la angustia de la pareja de Francisco. Una misteriosa voz dio a conocer a los operadores que encontraron a un hombre en las calles José Tobar Tobar y Gabriela Mistral, en Yahuarcocha. La alertante dijo que movieron el cuerpo y se dieron cuenta que no respondía. Cuando quisieron averiguar más datos, la persona colgó.
El personal de Dinased llegó al sitio de inmediato, pero les sorprendió que el cuerpo se encontraba en un canal de agua de lluvia, al que no tienen acceso los moradores y tampoco existe un paso peatonal cerca. Dicha persona dijo que el hombre no respondió a los llamados, pero el cuerpo se encontraba en estado calavérico de descomposición y lleno de larvas. En su bolsillo, estaba su cédula de identidad, pero los policías dijeron que no sabían sus nombres. Una pericia realizada a dicha llamada reveló un aspecto importante, el chip del que se comunicaron estaba colocado en un celular que, para sorpresa de los investigadores, pertenecía a una tía de Juan Carlos T.
Fueron atando varios cabos
Las múltiples pericias realizadas determinaron que, Cajigas fue golpeado con un objeto contundente en el temporal derecho, por lo que cayó y perdió la conciencia. Al llegar al piso, se golpeó nuevamente, provocándose una fractura en el hueso occipital, que le causó la muerte por un trauma craneoencefálico. Antes de morir, el estudio reveló que recibió varios golpes en diferentes partes del cuerpo, que le generaron diferentes lesiones y fracturas y que, en el momento en que era golpeado, no tenía movilidad en sus extremidades superiores, por lo que concluyeron con que se encontraba esposado e inmóvil.