La selección de Ecuador enfrentó a México, un rival que históricamente nos ha superado en casi todos los torneos (Copa América, Mundial, amistosos). El empate obtenido, el pasado domingo, es crucial no solo por los puntos en juego, sino por lo que representa en términos de autoestima y confianza para nuestros jugadores y afición. Pasar a la siguiente etapa, de la Copa América, ha sido una tarea pendiente en casi todas las ediciones de este torneo continental de selecciones y haberlo conseguido ante los mexicanos representa un mensaje contundente: Ecuador está listo para romper la historia y extinguir los fantasmas de la derrota. Esta clasificación serviría de inspiración para las futuras generaciones de futbolistas ecuatorianos, demostrando que con esfuerzo y determinación, se pueden alcanzar grandes logros. Se viene Argentina, la selección campeona del mundo, los tricolores llegarán con el mismo ímpetu y por qué no ser campeón.