Ecuador enfrenta una realidad preocupante: se ha convertido en el cuarto país que más dinero debe al Fondo Monetario Internacional a nivel mundial, con un saldo que asciende a USD 8.705,9 millones al corte de marzo de 2025. Esta alta cifra se incrementará aún más tras la reciente solicitud gubernamental de USD 1.000 millones adicionales, elevando el programa de crédito a USD 5.000 millones. La administración de Noboa justifica esta nueva petición por las dificultades presupuestarias derivadas de la caída del precio del petróleo y la menor recaudación tributaria. Sin embargo, esta dependencia creciente plantea interrogantes sobre la sostenibilidad fiscal del país y la capacidad real de honrar compromisos tan elevados. Mientras el gobierno celebra estos recursos como una “buena señal” para los mercados, la ciudadanía debe preguntarse: ¿hasta cuándo será viable esta espiral de endeudamiento?