La comunidad de Otavalo está de luto tras el fallecimiento de Segundo Díaz Llungo, un talentoso músico y artesano, conocido por su creatividad multifacética y espíritu andino.
Segundo Díaz, quien dedicó su vida a la música y al arte del telar y la fabricación de sombreros, dejó un legado imborrable en el corazón de todos quienes lo conocieron.
Fue un compositor prolífico, cuyas melodías reflejaban el alma de la cultura otavaleña. Su música, impregnada de las raíces andinas, se convirtió en un símbolo de identidad y resistencia cultural.
Palabras
“Era multifacético componía sanjuanitos, tocaba el violín, bandolín, guitarra, es un referente por todos sus conocimientos”, lo recuerda German Muenala, gestor cultural de Otavalo.
Además de su talento musical, Segundo fue un hábil artesano del telar, creando piezas que combinaban tradición e innovación. Sus sombreros, reconocidos por su calidad y estilo único, eran una muestra más de su versatilidad y dedicación al arte.
Su espíritu bohemio lo llevó a ser una figura querida y respetada en la comunidad. Segundo no solo compartía su arte, sino también su sabiduría y experiencias de vida, inspirando a las nuevas generaciones a seguir sus pasos y mantener vivas las tradiciones otavaleñas.
La noticia de su deceso ha conmovido profundamente a familiares, amigos y a la comunidad en general. Se realizarán varias ceremonias en su honor, donde se recordará su vida y se celebrará su legado.
